domingo, 22 de julio de 2018

DRAMATIZACIÓN DEL SUEÑO DEL PONGO

Fue una experiencia constructiva, al escenificar y dramatizar el cuento "EL SUEÑO DEL PONGO"del autor José María Arguedas Altamirano.
          Este cuento nos habla sobre la discriminación e injusticia que se vivió en los andes de nuestro país y en especial en la casa ascienda "Viseca" donde se aconteció dicho cuento. Este cuento nos enseña a respetar a los demás y que existe un todo poderoso que se encargara de nuestras almas bajo la justicia divina.

LIBRETO TEATRAL DEL SUEÑO DEL PONGO
NARRADOR (Pamela)
PERSONAJES:
·           PONGO (Lenin): Indígena con ropa haraposa y sucia.
·      PATRÓN (Omar): Hombre terrateniente de una buena poción social, injusto, mandón y dueño de la Casa Ascienda.
·           SIRVIENTE 1 (Cristian): Capataz de posición media y mano derecha del Patrón.
·           SIRVIENTE 2 (Saly): Mujer indígena.
·           SIRVIENTE 3 (Ruth): Mujer indígena.
·           SIRVIENTA 4(Juliza): Mujer indígena.
·           COCINERA (Soledad): Mujer indígena mayor.
·    SAN FRANCISCO (Ruth): Santo justo, quien es venerado por el patrón y toda su servidumbre.
·           ÁNGEL JOVEN (Juliza): Ser celestial de apariencia joven.
·           ÁNGEL VIEJO (Hilda): Ser celestial de una apariencia mayor.
·           ÁNGEL (Saly): Ser celestial que sirve a San Francisco.
ESCENARIO: Una hacienda escondida entre cerros. 
ACTO 1:
NARRADOR: en una antigua ascienda llego un hombrecito, como era siervo iba a cumplir el turno de Pongo, de sirviente en la gran residencia, él era todo pequeño, de cuerpo miserable, de ánimo débil y todo lamentable. El hombrecito iba con temor hacia el patrón. Apenas lo vio el patrón, este trato de contener la risa irónica.
PATRÓN: jajajaja
PONGO: Buenos días Taytay
PATRÓN: ¿Eres gente u otra cosa?, Que te pasa no sabes hablar, habla te digo, ¡¡habla!!... Por lómenos sabrás lavar las ollas, como manejar una escoba; por que con estas tus manos… que parecen no valer nada. Pongo eres… bienes a servir aquí, sin recibir ningún pago, ni recompensa… (Dirigiéndose a los demás empleados). hey ustedes llévense esta basura de aquí (aventando al pongo contra el piso).
SIRVIENTE 1: (dirigiéndose a los demás empleados) No escucharon el patrón, ordeno que se lleven al pongo... muévanse ociosas.
SIRVIENTA 2: Ay… yo… no quiero tú corre.
SIRVIENTA 3: Ay… ven conmigo.
SIRVIENTE 1: ¡¡Apúrense!! … hay mucho que hacer.
NARRADOR: El hombrecito todo en cuanto lo ordenaban lo hacía bien, pero había en su rostro tristeza y temor.
COCINERA: Haber papay… coge la escoba y ponte a barrer los corredores… (el pongo se aleja cogiendo la escoba).
NARRADOR: Algunos siervos se reían al verlo, otros se compadecían de el.
SIRVIENTA 2: jajaja… que risa me da ese pongo, parece niño con cara de vizcacha… mírenlo que risa me da… jajaja
SIRVIENTA 4: Pobre pongo, parece esclavos de esclavos.
COCINERA: Huérfanos de huérfanos, hijo del viento y de la luna… el frio en sus ojos, el corazón puro tristeza.
NARRADOR: El hombrecito no hablaba con nadie, todo cuando le mandaba trataba de cumplirlo.
SIRVIENTE 1: Hey tu basura!!!… tu basura que no me escuchas (le coge del brazo al pongo y lo dirige hacia él) Mira… óyeme bien más te bale cumplir con lo que yo te digo… o ya verás (le hace mirar su látigo) te cae duro… Ya ponte a barrer todo el patio.
PONGO: Si papacito.
ACTO 2:
NARRADOR: Al anochecer los ciervos se dirigían al patio central para rezar el Ave María. En el corredor el Patrón martirizaba siempre al Pongo.
PATRON: (Dirigiéndose al pongo) De rodillas!!!... creo que eres perro… ponte de cuatro patas ladra!! Ladra!!... ladra como perro.
PONGO: No puedo Taytay.
COCINERA: (murmurando) Pobrecito Pongo.
PATRÓN: anda de costado jajaja..
PONGO: (caminando de costado)
PATRÓN: Regresa… pobre diablo… jajaja (se retira de escena burlándose del pongo)
SIRVIENTE 1:  Jajaja…  Miren indios lo que le pasa a este pobre indio… miren… como es maltratado por el patrón… eso les va a pasar a cada uno de ustedes si no cumplen con su función, así que más vale que hagan muy bien todo lo que se les ordena.
NARRADOR: El pongo imitaba exactamente la figura de uno de los animalitos, cuando permanecen quietos como orando entre las rocas.
PATRÓN: (se dirige al pongo) Alza las orejas como vizcacha!!... vizcacha eres… ponte de dos patas!!... empalma la mano. (Se retira de escena).
NARRADOR: Todos rezaban el padre nuestro (Todos los siervos rezan en voz alta). En el oscurecer los siervos bajaban del corredor y se dirigían al caserío de la ascienda.
Y a si era cada anochecer en aquella residencia… Todos los siervos se retiraba tristes de la ascienda. Pero una tarde, cuando el corredor estaba colmado de gente de la ascienda; cuando el patrón empezó a mirar al pongo con sus ojos densos, ese hombrecito hablo muy claramente.
PONGO: (arrodillado) Hoo… Gran señor, deme su licencia… padrecito mío quiero hablar.
PATRÓN: ¿Qué? Tu eres quien me hablado u otro.
PONGO: Tú licencia padrecito, es a ti a quien quiero hablarte (se pone de pie).
PATRÓN: Habla rápido si puedes (se sienta frente al pongo)
PONGO: Soñé a noche que habíamos muerto, los dos juntos aviamos muerto.
PATRÓN: ¿Cómo? Tú conmigo… cuenta rápido maldito indio.
PONGO: Como habíamos muerto, estábamos casi desnudos frente a nuestro Padre San Francisco.
NARRADOR: Y así fue como el Pongo; narro su sueño a su patrón, sin saber este, del gran significado que guardaba aquel sueño.
ACTO 3:
SAN FRANCISCO: Veamos que tenemos aquí, (examinándolos) Un hombre rico y otro pobre, Han de conocer aquí su destino… cada uno díganme cuánto valen.
PATRÓN: Pues yo valgo mucho… muchísimo, como todas las estrellas juntas del cielo.
PONGO: Yo papacito no se pues cuanto valgo.
SAN FRANCISCO: Ya he decidido… Tú (señalando a un ángel) busca al  ángel más hermoso y que este acompañado de un ángel pequeño, también el más hermoso y que traiga una copa de oro con la miel de chanca-ca la mas trasparente.
ÁNGEL: Si mi señor (se retira en busca del ángel joven)
NARRADOR: Ambos hombres escuchaban con atención a San Francisco, enseguida aprecio un ángel brillando alto como el sol, fue caminado hacia el padre, detrás del el marchaba otro menor llevando una copa de oro.  
SAN FRANCISCO: Ángel mayo Cubre a este hombre (dirigiéndose al patrón) con la miel de chanca; que tus manos sean como plumas cuando pase por el cuerpo del hombre.
ÁNGEL  JOVEN: Si mi señor.
PATRÓN: Así debe ser porque para mí siempre debe ser lo mejor.
SANFRANCISCO: Que de todos los ángeles venga el de menos valer, el más ordinario y que ese ángel traiga un tarro de gasolina y en el excremento humano.
ÁNGEL: Como usted lo pida, gran y sabio señor.
NARRADOR: Un Ángel que ya no valía, viejo de patas escamosas, y de alas débiles llego ante el gran padre San Francisco.
SAN FRANCISCO: Oye viejo embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que ay en la lata que has traído… Todo el cuerpo,  de cualquier manera cubre lo como puedas, rápido.
ÁNGEL VIEJO: Si padre como usted ordene.
NARRADOR: El ángel viejo sacando el excremento, lo cubrió así como se hecha barro en la pared sin cuidado, y estaba allí el Pongo sucio y avergonzado lleno de excremento.
ÁNGEL: No entiendo nada gran y sabio señor, si usted es tan justo… ¿Por qué hace esto?
SAN FRANCISCO: Así mismo tenía que ser… ahora no interrumpas mi sentencia.
ÁNGEL: Hoo si padre usted sabe lo que hace.
NARRADOR: San Francisco volvió a mirarlos con sus ojos que colmaban en el cielo, juntando la noche con el día y el olvido con la memoria.
SAN FRANCISCO: Todo en cuanto a los ángeles tenían que hacer ya está hecho, ahora lámase lentamente el uno al otro por los siglos de los siglos.
PATRÓN: Hooo…nooo (arrodillándose)
NARRADOR: En ese mismo instante; aquel ángel viejo recupero sus fuerzas y su color divino.
SAN FRANCISCO: Vigila que mi sentencia se cumpla eternamente, por los siglo de los siglo.
ÁNGEL VIEJO: Si padre celestial… Lámanse!!!
NARRADOR: Desde entonces el padre Sanfrancisco vigila a ambos hombres.

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